En una famosa tienda de zapatos del pueblo llamada “Lo mejor para tus pies”, vendían diversos tipos de zapatos para damas y caballeros. Desde modelos muy elegantes, hasta los más casuales. Lo mejor del pueblo, compraba sus zapatos en esta tienda.
Hubo un tiempo en que el dueño notó en la vidriera de su tienda un par de zapatos de color inusual, no encajaba con lo ofrecido por su distinguida tienda. Los retiró y preguntó a los empleados quién había osado a colocar los zapatos allí, nadie contestó, así que los botó en la basura. Al día siguiente, al abrir la tienda los zapatos estaban de nuevo allí. Hizo lo mismo una y otra vez.
Pero también se dio cuenta de que llamaban la atención de la gente, así que los dejó. Una mañana un señor muy elegante preguntó por los raros zapatos y decidió comprarlos. Al cabo de un tiempo, cuando el dueño de la tienda miraba el diario se sorprendió al ver el rostro de aquel hombre elegante que compró los raros zapatos, había sido atropellado por un auto, llevaba los zapatos puestos.
Al día siguiente, mayor fue su sorpresa cuando vio de nuevo los zapatos en la vidriera. Una mujer entró y los compró. Fue titular en la sección de sucesos, la mujer que se había lanzado de un piso 16, llevaba los zapatos puestos. Al día siguiente, unos raros zapatos se mostraban alegres en la vidriera de la tienda. Algo pasó con el heladero que los compró, y con el hombre gordo, o la señora de la panadería.
Un día una niña los quiso. El dueño de la tienda intentó persuadir a la madre para que les comprara otros, no había forma de hacerla cambiar de opinión, entonces le dijo que quien ha usado esos zapatos termina muerto. La señora se rió a carcajadas e igual se los llevó. Al día siguiente, el dueño de la tienda fue encontrado muerto en su apartamento y los zapatos inexplicablemente volvieron a la vidriera
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