jueves, 24 de octubre de 2024
La novia fantasma
lunes, 21 de octubre de 2024
Llanto de bebé
jueves, 3 de octubre de 2024
FANTASMAS Y CRIMENES NO RESUELTOS
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jueves, 29 de agosto de 2024
PESADILLAS
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lunes, 5 de agosto de 2024
MALDICION EN EL CAMPO
“Soy Joaquín, un ingeniero agrónomo de 32 años, y quiero contarles una historia que cambió mi vida para siempre.
Todo comenzó cuando recibí una oferta de trabajo en una antigua granja en un valle aislado de la provincia de Córdoba, Argentina. La propuesta parecía sencilla: mejorar la productividad del lugar. No sabía que detrás de esa fachada había un oscuro secreto.
La granja, había estado abandonada por décadas. Se rumoreaba que estaba maldita. Claro, no creí en esas supersticiones cuando acepté el trabajo.
Llegué un caluroso día de enero, con la esperanza de revitalizar las tierras fértiles y sacar adelante un proyecto ambicioso.
Al principio, todo parecía normal. La casona antigua era pintoresca, de unos tres pisos, construida enteramente de madera; y las tierras, aunque descuidadas, mostraban potencial. Sin embargo, los vecinos se mantenían distantes y me miraban con una mezcla de lástima y temor.
Una tarde, el dueño de una tienda local, don Pedro, me advirtió: “Tené cuidado, pibe. Esa granja no trae más que desgracias."
Ignoré sus palabras, atribuyéndolas a las supersticiones rurales. Pero las cosas empezaron a cambiar después de mi primera semana. Los animales parecían inquietos, y las máquinas fallaban sin razón aparente. Empezaron a suceder cosas extrañas.
Una noche, me desperté para beber un poco de agua. Desde la cocina, el llanto de una mujer me sorprendió enormemente, ya que provenía desde el campo. Me asomé iluminando con una linterna, pero no veía a nadie.
—¡¡Hola!! ¿Hay alguien? —pero nadie respondía.
Cuando ingresé a la casa, el llanto se volvió a escuchar. Empecé a sentir una gran preocupación. Había una mujer que necesitaba ayuda, y no sabía dónde podría estar. Volví a salir con la linterna, y avancé por el terreno. Muchísimos mosquitos empezaron a invadirme. Mientras soportaba esos malditos insectos, llamaba una y otra vez a esa mujer.
—¡¡Hola!! —y entonces, el llanto de esa mujer volví a escucharlo. Al parecer, provenía del bosque. Me resultó un poco extraño, ya que desde la casa hasta el bosque, había un largo camino. Seguí avanzando, hasta que los mosquitos empezaron a causarme picaduras muy fuertes. No podía seguir. ERAN MILES. Me estaban matando, en serio. Corrí hacia la casa, lo más rápido posible. Durante la corrida, me pareció escuchar a alguien que me seguía. ¿Era esa mujer que lloraba? Giré y no vi a nadie. Empecé a sentir miedo cuando ese sonido de llanto sonó de otra manera, como si no fuera humano. No sabría como explicarlo. Entré en la casa, asegurándome que todo quedara bien cerrado. Me metí en el baño y dejé que el agua limpiara y aliviara todo mi cuerpo de las picaduras de los mosquitos. Luego, me sequé bien y me puse alcohol.
Esa noche me costó descansar, y no fue por las picaduras, sino, por esa experiencia del llanto de la mujer. ¿Quién era, o qué era?
La noche siguiente, mientras revisaba unos documentos en la casona, escuché el mismo llanto proveniente del campo. Salí con la linterna otra vez. Me había rociado de repelente, los mosquitos no iban a molestarme más. Avancé con seguridad y decidido, ya que necesitaba saber lo que estaba sucediendo; pero lo que vi me heló la sangre. Una figura femenina, etérea y desvaneciéndose, se alejaba hacia el bosque. Grité, pero no obtuve respuesta.
Esa noche, no pude pegar un ojo.
Al día siguiente, decidí investigar. Encontré un diario antiguo en el ático de la casona. Pertenecía a Magdalena, una joven que había vivido en la granja a principios del siglo XX. La última entrada, escrita con una letra temblorosa, hablaba de un amor no correspondido y de una traición que la llevó a la desesperación. Se decía que había lanzado una maldición sobre la tierra antes de desaparecer misteriosamente.
Determinado a romper la maldición, busqué ayuda en la comunidad. Pocos estaban dispuestos a hablar, pero finalmente, doña Elisa, una anciana que había conocido a Magdalena, me contó la verdad. Magdalena había sido engañada por un hombre que prometió amarla, solo para abandonarla. En su dolor, ella juró que nadie encontraría paz en esa granja.
Con la información de doña Elisa, decidí actuar. Siguiendo sus instrucciones, encontré el lugar exacto donde Magdalena había sido vista por última vez. Era en la entrada del bosque. Allí, enterré una caja con sus pertenencias, que había encontrado en el ático, y recité una oración para liberar su espíritu.
Esa noche, tuve un sueño vívido. Magdalena se me apareció, agradeciéndome por liberar su alma. Me desperté sudando, pero con una extraña sensación de paz.
Desde ese día, los sucesos extraños cesaron. Los animales volvieron a comportarse con normalidad, esos llantos desaparecieron, y con el tiempo, las cosechas prosperaron. La granja comenzó a florecer, y los vecinos, viendo el cambio, empezaron a ayudarme. La maldición había sido rota, y con ella, la oscuridad que había envuelto el lugar durante tanto tiempo.
Hoy, la granja es un lugar próspero y lleno de vida. Pero nunca olvidaré a Magdalena y su trágica historia. Siempre habrá un rincón en mi corazón para ella, y cada vez que el viento sopla entre los árboles, creo escuchar su voz, agradeciéndome por darle la paz que tanto anhelaba.
Así que, si alguna vez escuchan rumores de maldiciones en viejas granjas, o casas, no los descarten tan fácilmente. Puede que haya más verdad en esas historias de lo que imaginan”.
NO TE LLEVARAS A MI HIJO
¡Mamá! ¡Mamá! La señora de la pared me quiere llevar.
Corrió hasta la habitación de su hijo y lo abrazó.
–Tranquilo, hijo. Fue solo una pesadilla –le dijo mientras trataba de calmarlo–. Mira, no hay nadie, ¿ves?
El niño aún lloraba y no quería soltarse de su abrazo.
–Tranquilo, mi amor. Yo estoy aquí y no voy a dejar que nada malo te pase.
Poco a poco se fue calmando.
–Mami, ¿te quedás conmigo esta noche?
–Sí, hoy me quedo con vos –le dijo mientras lo arropaba.
Se sentó a sus pies en el borde de la cama y comenzó a cantarle para que se durmiera. A pesar de la calma que mostraba, su interior era un torbellino de recuerdos. Treinta años antes, una mujer había salido de la pared y, tomándola de los pies, trató de llevársela con ella. Nadie le creyó y la convencieron de que fue solo un sueño.
¿Fue solo coincidencia? ¿Era posible que los dos soñaran lo mismo? Su mente adulta se negaba a creer que pudiera ser real. Era imposible. Mientras tanto, el niño se había dormido y ella comenzaba a adormecerse. De repente, una mano la tomó fuertemente del brazo.
–¡No te llevarás a mi hijo! –alcanzó a gritar.
–No vine por tu hijo. Hace treinta años que te espero –y la arrastró a la pared, desapareciendo por completo... 😰
AQC
Historias para no dormir S. I. G. U. E. N.O.S
domingo, 4 de agosto de 2024
Relatos de TERROR de ALMAS en PENA
viernes, 26 de julio de 2024
CACERIA SALVAJE
Se conoce como cacería salvaje a un mito del folclore europeo presente en distintas formas en la zona norte, occidental y central del continente.La premisa fundamental de todos los casos era siempre la misma: un grupo fantasmal o sobrenatural de exploradores ataviados con indumentaria de caza y acompañados de caballos, perros rastreadores, etcétera, comandado por una figura mitológica, en una desenfrenada persecución a través de los cielos, a lo largo de la tierra o por encima de ella.23 Frecuentemente, era una forma de explicar las tormentas.
Los cazadores eran comúnmente muertos o perros fantasmales, almas perdidas, deidades o espíritus de ambos sexos, valquirias o elfos, a menudo liderados por una figura asociada con Odín en las leyendas germánicas,, o por una figura histórica o legendaria como Teodorico el Grande, Carlomagno, el rey Arturo, el rey danés Valdemar Atterdag, el psicopompo galés Gwyn ap Nudd, o figuras bíblicas como Herodes, Caín, Gabriel o el Diablo.
Ser testigo de una cacería salvaje era visto como un presagio de alguna catástrofe venidera, como una plaga o una guerra, o, en el mejor de los casos, de la muerte de aquel que presenciara tal evento.Las personas que estuvieran en el camino y se toparan con la cacería podían elegir entre dos opciones: arrojarse al suelo y sentir cómo las gélidas patas de los animales le pisaban la espalda, o dejarse llevar por la partida de caza, corriendo el riesgo de ser depositado lejos de su casa o morir durante la furiosa embestida de los personajes malvados y pasar a ser otro integrante más de la misma. También se creía que quienes se cruzaran con la cacería podían ser arrastrados al inframundo o al reino de las hadas. Una niña que vio a un antiguo líder anglosajón fue advertida por su padre de taparse los ojos para evadir la visión. Otros creían que los espíritus de las personas podían ser sacados de sus cuerpos durante el sueño para participar en la cabalgata.
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jueves, 25 de julio de 2024
DE NOCHE VIENEN LOS MUERTOS
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lunes, 15 de julio de 2024
LA PROCESION
Esta leyenda tiene lugar en valle de Santiago, Guanajuato. El lugar no es muy grande y tiene dos calles principales, una que va de norte a sur y otra que va de este a oeste. Como todos los pueblos tienen al menos una iglesia principal.
En valle de Santiago se dan mucho las procesiones hacia la iglesia del denominado Santo por parte de la gente de los pueblos, haciendas y rancherías circunvecinas, por lo que los pobladores ya están acostumbrados.
Sin embargo hay una procesión muy singular que dicen que pasa después de la medianoche, y según la creencia, son almas en pena que buscan consuelo. Una chica escuchó esta leyenda y quiso comprobarla , así que pasó la noche en vela en su ventana que daba la calle principal, esperando ver aquello que contaban. Estaba a punto de dormir cuando de repente escuchó pasos, cantos y vio pasar la procesión, pero a ella no le pareció nada anormal.
Como es costumbre, algunos peregrinos que vienen desde muy lejos se toman un tiempo de descanso y un peregrino se acercó a la muchacha para pedirle un vaso de agua, lo cual la joven hizo con gusto. Mientras El peregrino tomaba agua le pidió a la chica que si podía sostener el cirio que llevaba, al tomarlo, El peregrino comenzó a alejarse no sin antes decírle que al día siguiente volvería por él, así que la joven simplemente lo guardó y se fue a dormir.
Al otro día se llevó una gran sorpresa al ver que el cirio no estaba, y en su lugar se encontraba un hueso humano al que se le conoce como canilla.Asustada fue a la iglesia a pedirle ayuda al cura, el cual le dijo que tenía que cumplir lo acordado con aquel peregrino, ya que se trataba de un alma en pena, y si no cumplía se podría venir sobre ella una gran condena. La joven tuvo que cumplir con lo acordado de cuidar y devolver eso de vuelta a a su dueño. Estuvo todo el día haciendo diferentes cosas para no recordar lo que tenía que hacer llegando la noche.
Cuando la oscuridad cayó la joven se sentó de nuevo en su ventana y se dispuso a esperar la procesión, para así librarse de aquel macabro compromiso. La mañana llegó y la madre de la chica se encontró con una imágen espantosa, su hija tenía en su rostro reflejado el más puro horror y se encontraba aferrada a los barrotes de la ventana. Desde ese día la muchacha no volvió a hablar y su mirada siempre estuvo perdida hasta el día de su muerte.
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domingo, 6 de noviembre de 2022
LA NIÑA DEL HOSPITAL
A Christian le faltaba poco para acabar su turno como guardia en el Hospital Central. Los maltratados pasillos del viejo edificio y el tétrico silencio de madrugada causaba terror a cualquiera que entrara.
De repente, Christian escuchó el llanto de una niña que parecía que venía de la tercera planta, que permanecía cerrada desde hacía varios años… Con la piel erizada de miedo, subió por las escaleras al no funcionar el ascensor.
«¿Quién anda ahí?», preguntó nervioso.
A cada paso que daba, los llantos se volvían más escalofriantes… Al llegar, se encontró a un tenebroso sendero que lo guiaba hacia una vetusta bodega, donde se archivaban documentos.
Lentamente, abrió la puerta, y su respiración cada vez se hacía más agitada… No había luz así que encendió su linterna y descubrió en la penumbra los pies descalzos de una niña.
«¿Qué haces aquí? deberías estar con tus padres», le dijo Christian aterrorizado. El frío se apoderó de su cuerpo y, de repente, consiguió enfocar al rostro de la pequeña. Su cuerpo estaba cubierto de terribles quemaduras y llagas, sus ojos eran totalmente blancos y su cabello, una maraña chamuscada.
El espectro de la niña se abalanzó sobre él, que gritó hasta quedar sin aliento.
Cuando logró calmarse, el fantasma había traspasado su cuerpo y desaparecido del lugar.
Al día siguiente, todos en el hospital se enteraron de lo sucedido.
Varios compañeros decidieron subir a la bodega para ver si encontraban a la niña. Tomaron fotos del sitio y se reían de lo que supuestamente había ocurrido. De repente, la puerta se cerró con violencia y todos quedaron atrapados.
Fue entonces cuando el espectro apareció y lanzó un terrorífico grito de ultratumba. Despavoridos, los trabajadores lograron abrir la puerta y salir. Christian investigó y averiguó lo que había sucedido en el pasado gracias a Margarita, la trabajadora más antigua del hospital.
Más de dos décadas atrás, el lugar donde ahora estaba la bodega funcionaba el área de quemados. «Recuerdo que una niña llegó grave con quemaduras de tercer grado. Los médicos hicieron todo lo posible por salvarla pero no se pudo hacer nada. Los gritos de la pequeña eran desgarradores», le explicó Margarita.
«Lo más triste fue que murió sola, pues nos enteramos de que la madre la había abandonado, encerrándola en la casa el día del siniestro. Decían que fue su propia mamá quien provocó el incendio».
La noche siguiente, Christian subió hasta la bodega y dejó un ramo de flores y un peluche en el suelo. Justo cuando terminaba su jornada, escuchó nuevamente extraños sonidos en la planta alta, pero en esta ocasión eran risas de la pequeña que parecía estar jugando.
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